lunes, diciembre 28

Ana en el mundo

Si mi vida fuese un instante, me gustaría sentirme tal como me siento hoy.

Desde que estoy lejos de casa me he convertido en una especie de sombra, un ente que viaja de un edificio a otro, dice algunas palabras, ríe a veces y después se enfunda entre sábanas para recuperar energías. Por las mañanas apenas me siento persona, dentro de mi solo existe una personalidad tangible: La estudiante compulsiva.
Partir de casa no es sencillo, estar sola tampoco. Reconocer en tus gestos a tus propios padres es definitivamente aterrador y también lo es sentirse perdida. Lo único que he tenido seguro en todos estos días ha sido mi motivo... Y hoy, después de tantos despertares inciertos, de pronto reconozco el color de la pared de la tienda de la esquina. Ayer al volver a casa no he mirado el nombre de ninguna calle, me he recorrido el camino de memoria. Y esta mañana, la señora que vende el periódico a dos calles de la escuela me ha saludado por mi nombre.
Hoy recuerdo el sitio por el que anduve ayer, hoy se donde queda el norte. Hoy pertenezco aquí, no soy mas una extranjera.

miércoles, noviembre 11

11

Mi cumpleaños número 23...

En el día 11, en el mes 11... En mi noviembre favorito, como todos los años.

Veamos a donde me llevan 365 días mas..


Feliz cumpleaños a mi.

F.

martes, noviembre 3

Septiembre

Ayer me he acordado de ti. Caminaba frente a la casa amarilla y me vino a la mente el día en que nos tiramos muertos de cansancio justo frente a ella... Te acuerdas? Tomaste aquella chocolatina con tanta determinación, me bastó una mirada tuya para saber que tenía que correr como nunca antes lo había hecho en la vida. Si cierro los ojos, aún siento el golpe de cada paso en el pecho y escucho los gritos del hombre calvo, rabioso que reclamaba al aire el pago de la barra de chocolate...
Y tú y yo, corriendo como quien huye de un perro de mala fama, asustados, emocionados, llenos de incertidumbre. Lo habíamos hecho!! Y nos habíamos salido con la nuestra.
Si... la vieja casa amarilla de la calle Canarias, recuerdo que solía tener unos marcos blancos en las ventanas en los que la mujer de Don Gonzalo ponía macetas rojas llenas de azucenas que siempre lo perfumaban todo... Recuerdo que era lo único que podía oler con cada enorme bocanada de aire que apuré tras la carrera.
¡Qué bien nos supo ese chocolate! Y, ¿cómo no? ¡Era robado! Nos supo a gloria, a libertad, a delito.
Si, ese día me enseñaste a robar. Vaya ejemplo de hermana mayor. Tú 9, yo 7. Creo que esa ha sido la única vez que te he dicho que eres mi ídola. No así, la única vez que lo he sentido.

Sí, me faltas todo el tiempo, Ana... todo el tiempo.

Alejandro.

domingo, octubre 18

Un cumpleaños mas

Beatriz asoma su nariz al salón lleno de gente y piensa por tercera vez desde que salió de su habitación que no le gustan esas fiestas. Desde que recordaba, su madre le daba mucha importancia a esas ocasiones y tenía un talento especial para convercerla de aparecer... Beatriz siempre lo hacía con esa duda metida en la tripa, incluso ese día cuando era ella la del cumpleaños.
A veces pensaba que, después de tantos cumpleaños forzados, había empezado a desear sentarse incómoda en una mesa mientras todos le daban abrazos y obsequios... quizás no podía concebir un cumpleaños sin las palabras que su madre escribía siempre para ella, sin esas frases maravillosas que su maravilloso padre le decía al oído al abrazarla por la mañana.
No, Beatriz no odiaba los cumpleaños, solo odiaba esas fiestas... ella hubiera querido subir corriendo una colina, con su familia detrás y que al llegar a la cima asfixiados, exhaustos cayeran todos al suelo... Todos menos su madre, quien siempre fue fuerte, quien siempre parecía tener un aliento extra guardado... Ella no caería, ella desaparecería detrás de una gran roca y, cuando nadie estuviese pensando en ella, aparecería con un gran pastel cantando una dulce canción. Ella daría su discurso al viento, para que a través de él todos supieran lo mucho que su madre quería a Beatriz, para que el viento mismo lo supiera... Y cuando anocheciera, Alejandro la tomaría en brazos y la bajaría corriendo, mientras sus padres y Ana los observaran divertidos.

Dio un par de pasos mas dejando la protección de la cortina y entonces la atención se centró en ella... No hubiera podido seguir pero se concentró en la sonrisa de su padre, cálida y hermosa y entonces dejó que su cuerpo se moviera con esa gracia usual, que su boca soltara agradecimientos y sonrisas, sopló la velas y bailó con él...
Al final de la noche, estaba exhausta. Asistir a esas fiestas era como subir una colina a toda velocidad... era como llegar a la cima y después tirarse en la hierba sintiendo que el aire se niega a entrar en los pulmones...
Y se sentía asfixiada, lista para correr a refugiarse en ese gran tanque de oxígeno personal, su habitación... pero unas palabras después ya no lo necesitaba. Él la besaba, dándole la serenidad de quien ha descansado lo suficiente sobre la hierba.

Al volver a su habitación pensaba que esos 17 no eran tan malos, pensaba que la pared era demasiado blanca, pensaba que podría pintarla y llenarla de bonitas emociones...

Pensaba en Ana, pero ella no estaba.

domingo, agosto 30

Carta a mamá

"Sigo aquí. Todavía no me acostumbro a los días tan largos pero siempre me ha gustado el sol, así que comienza a gustarme verle a las 9 de la noche. La escuela es algo extraña, aunque hablo bien el idioma es muy extraño escucharlo todo el tiempo y, aunque me cuesta muy poco, al final del día todo ese esfuerzo que he hecho para escuchar y hablar en una lengua que no es la mía, me deja agotada. Pero tenías razón, a pesar de que lo nuevo es inquietante, también es excitante y absolutamente encantador. Me siento sola, mamá, pero también siento que estar sola, en este momento de mi vida, es lo correcto.

Les echo mucho de menos a todos! He recibido el dinero que me enviaste, no te preocupes, me mantendré viva y saludable. Un beso a papá y abrazos para todos.

Ana

PD
Dile a Beatriz que no pinte en mi pared. Sigue siendo mi habitación."

sábado, agosto 15

Alejandro

Alejandro no es un chico ordinario, pero ama todas las cosas ordinarias de la vida. Le gusta un sábado ordinario, cuando suele juntarse la banda y todos ríen por bobadas. Le gusta la ropa ordinaria, que exige poco para combinarse, que lo deja caminar y respirar sin mucho esfuerzo.

Él escribe... de todo un poco. Él escribe su música, escribe los menús del restaurant donde trabaja, escribe pequeñas notas en el periodico local, escribe cada semana a la muchachita de la cara lavada...

Alejandro no sabe como vivir lejos de las palabras, al mismo tiempo, no es muy hablador, mas bien podría decirse que es un observador nato. Le gusta observar las mañanas y las noches, el dolor y el amor... los cientos de rostros con los que se cruza a diario.

Él es un hombre muy apuesto, con una sonrisa rompedora; sin embargo, lo que vuelve locas a las chicas es que parece no importarle, es que camina por la vida con ese paso desenfadado... sus expresiones de asombro ante todo lo sencillo... haciendo de su ordinariez el mas extraordinario encanto.

jueves, agosto 13

La pequeña Beatriz

Como su nariz, Beatriz es una mujer particular. No le gusta bañarse los lunes, tampoco le gusta el chocolate blanco ni las convenciones de la sociedad. Le gustan las cosas sucias y viejas, le agrada que le representen un reto y una historia, al contrario de lo recto y perfecto. Por eso dibuja siempre espirales o zig-zags y nunca compra cuadernos a rayas... prefiere los de hojas blancas, le gusta sentir que no la obligan a escribir derecho.

Beatriz no escatima nunca su cariño, pero como su nariz y como ella misma, su forma de mostrarlo es muy particular. A pesar de todo, su sonrisa la hace incuestionablemente una García... la mas García de todos.

viernes, julio 31

Ana

Ella es una chica sencilla, con ojos grandes y bella sonrisa. Tiene manos finas pero es una mujer fuerte; risueña y alegre, siempre ha encontrado su mayor alegría en la alegría de los demás.
Ana tiene cabellos largos, oscuros y rebeldes, siempre quiso que fueran lacios, pero con el tiempo le ha cogido cariño a esa mata de pelo negro. Por las tardes le gusta leer, le gusta escuchar a su vecino practicar el piano y adivinar las melodías que toca.
Ana sueña, porque sabe que algún día llegará ese segundo en el que sepa lo que quiere de verdad. Mientras tanto, nunca olvida su gorra al salir de casa, esa que le regaló su madre hace tanto tiempo y, mientras pasea por las mismas calles una y otra vez, la recuerda con cariño.
Ana quiere un vestido blanco de crepé de seda, quiere un baño largo esta noche al llegar a casa...

lunes, julio 20

Break

Dos semanas de vacaciones y ya me siento otra persona. Me siento tan distinta que cada día me recuerdo mas a mi. No se por qué, pero la vida empieza a tener un poco mas de sentido (y también el tiempo) cuando no se tiene absolutamente nada que hacer "para mañana", y es que los límites siempre lo arriunan todo. La libertad no es solo un derecho, es el motor necesario para que una vida fluya sin barreras, para que el alma se exprese en su máxima expresión.

Apenas algunos días y yo he vuelto a soñar.. han desaparecido las noches de tres horas en las que lo único que quedaba en la memoria era un gran hueco negro y ojos pesados.
Han vuelto los sueños... esos que son mas difíciles de tener: Los que se tienen dormida.
Quizás ninguno tenga sentido, quizás me sea imposible recordar uno completo... pero me dan un placer hace mucho tiempo renunciado: La sensación de que al cerrar los ojos... viajo a un mundo donde otra vida inicia.

Merecido descanso!! Y con él, vuelve la inspiración.

martes, mayo 12

AMIGO MÍO

Amigo mío... yo no soy lo que parezco. Mi aspecto exterior no es sino un traje que llevo puesto; un traje hecho cuidadosamente, que me protege de tus preguntas, y a ti, de mi negligencia.
El "yo" que hay en mí, amigo mío, mora en la casa del silencio, y allí permanecerá para siempre, inadvertido, inabordable.
No quisiera que creyeras en lo que digo ni que confiaras en lo que hago, pues mis palabras no son otra cosa que tus propios pensamientos, hechos sonido, y mis hechos son tus propias esperanzas en acción.
Cuando dices: "El viento sopla hacia el oriente", digo: "Sí, siempre sopla hacia el oriente"; pues no quiero que sepas entonces que mi mente no mora en el viento, sino en el mar.
No puedes comprender mis navegantes pensamientos, ni me interesa que los comprendas. Prefiero estar a solas en el mar.
Cuando es de día para tí, amigo mío, es de noche para mí; sin embargo, todavía entonces hablo de la luz del día que danza en las montañas, y de la sombra purpúrea que se abre paso por el valle; pues no puedes oír las canciones de mi oscuridad, ni puedes ver mis alas que se agitan contra las estrellas, y no me interesa que oigas ni que veas lo que pasa en mí; prefiero estar a solas con la noche.
Cuando tú subes a tu Cielo yo desciendo a mi infierno. Y aún entonces me llamas a través del golfo infranqueable que nos separa: " ¡Compañero! ¡Camarada!" Y te contesto:
" ¡Compañero! ¡Camarada!, porque no quiero que veas mi Infierno. Las llamas te cegarían, y el humo te ahogaría. Y me gusta mi Infierno; lo amo al grado de no dejar que lo visites. Prefiero estar solo en mi Infierno.
Tu amas la Verdad, la Belleza y lo Justo, y yo, por complacerte, digo que está bien, y simulo amar estas cosas. Pero en el fondo de mi corazón me río de tu amor por estas entidades. Sin embargo, no te dejo ver mi risa: prefiero reír a solas.
Amigo mío, eres bueno, discreto y sensato; es más: eres perfecto. Y yo, a mi vez, hablo contigo con sensatez y discreción, pero... estoy loco. Sólo que enmascaro mi locura. Prefiero estar loco, a solas.
Amigo mío, tú no eres mi amigo. Pero, ¿cómo hacer que lo comprendas? Mi senda no es tu senda y, sin embargo, caminamos juntos, tomados de la mano.


K. Gibrán

lunes, marzo 9

Abro los ojos...
El zumbido aún me atormenta los oídos,
la noticia de tu muerte ha consternado
a mi pobre corazón y mi cabeza,
y a lo poco que me queda de conciencia
y a esas lágrimas que caen al vacío.

De pronto en la vida todo es negro
y entiendo por qué duelen las ausencias,
y en escasos pedazos de destellos
tus recuerdos, con malicia, me atormentan.

Muerto estás ante la gente,
ido para mi, en el peor día.
Vivo mas que nunca en pecho ardiente,
amado como nunca en agonía.

Enterrado ante los ojos de los cuervos,
sobre un pedestal te veo dormido,
sordo en el murmullo de las olas,
en los cánticos celestes te has perdido.

Abro las manos...
La ansiedad me revuelve los adentros,
tu partida ha abierto heridas que ahora sangran
y con rojo se tiñen los momentos,
los segundos cojos que me suplican paciencia,
que apuro en un trago de añorada resignación.
Y vomito entre las horas los despojos
y me río al presenciar tu redención.

Abro los brazos...
Eres la sombra que mi cuerpo mas extraña.
Te veo pasar lejos, asomado a la ventana
y hundida, en el estruendo de perderte enamorada
te encuentro tibio y tierno acostado en nuestra cama.

Abro las nubes...
Ahi donde ahora vives te he encontrado.
Sonriente, como siempre; de mi tan enamorado,
con el cabello corriendo, con el aire alborotado;
con los brazos abiertos, con el deseo alocado;
con mis lágrimas corriendo, con mi sonrisa en los labios;
con tu boca en la mía, con el corazón desbocado.
Nuestras manos unidas, celebrando el pasado
con palabras tan dulces, con el alma conmovida;
con un salto al vacío, con un regreso a la vida....
Y de pronto, la felicidad me roza con dulzura
que pruebo amaneciendo y viéndote a mi lado.

¡Qué ojos esos tuyos!
¡Qué voz la que me arrulla!
¡Qué manos me acarician!
¡Qué calor el que me envuelve!
¿Cómo puede todo dártelo la vida?
¿Cómo puede todo arrebatártelo la muerte?

Abro los ojos...
La tibieza de nuevo se ha esfumado..
y mi corazón sigue roto.. y es verdad que me has dejado.

(Sept, 2006)

martes, febrero 3

Para Siempre

Hoy estoy llorando y sé
Que mientras tanto tú
Ya no piensas en ser
La niña que hace tiempo fuiste
Y que hiciste este dolor
Sólo quiero volver a ver
esa ilusión en esos ojos que antes
me enseñaban y me muestran
ahora sólo lo peor

Vuelve a estar conmigo
Vuelve a sonreir
Vuelve a este camino
Vuelve para vivir
Y pienso en lo que he perdido
Y siento lo que es sentir
Qué sepas que estoy dolido
Y ya no voy a saber de ti

Hoy estoy tan solo y sé
Que sólo faltas tu
Y sólo pienso en ser la causa
que haga que te rías y que exista esta canción
Yo no quiero volver a esa situación
Con esos gestos que eran mi alimento
Y me llegan y ahora yo te pido ...

Vuelve a estar conmigo
Vuelve a sonreir
Vuelve a este camino
Vuelve para vivir
Y pienso en lo que he perdido
Y siento lo que es sentir
Qué sepas que estoy dolido
Y ya no voy a saber de ti...


ECDL