sábado, agosto 11

La despedida

Pues bien, me voy. Toda hora llega, todo momento se cumple; y así, mañana al amanecer me voy. Triste por dejar todavía tibia mi cama, alegre porque se que todavía quedan muchos mañanas para vivir.
No voy a extenderme mucho hoy, solo quería expresar lo que siento en este momento. Las despedidas siempre son ambígüas, puesto que, a quien no le importa irse (o quien lo anhela), no le interesa despedirse. Quien lo hace tiene un interés por lo que está dejando. ¿Y qué dejo yo?
Bueno, dejo la disponibilidad de tiempo, las horas de sueño, los momentos de amigos, el amor del hogar, la comida de nana... las mañanas donde es el sol quien me despierta.
Ahora a volver a las alarmas, al café, al uniforme blanco y la frialdad del amor al prójimo... a estudiar para salvar a la gente.. de qué? cómo?.. no lo se, solo se hoy que mañana parto una vez mas (otra) y que, a pesar de la nostalgia... hay otro horizonte al que ahora estoy viendo.