lunes, noviembre 29

Una boda...

Qué hermosa te veías...
Con tu vestido nuevo, con esa flor en el cabello, con esa sonrisa, con todo tu porte.. Caminando hacia el altar. Ya lo se, quien se casó fue tu hermana y no tú. Qué hermosa ella también. Qué bella ocasión, Karla.
Yo creo que alguna vez, en mis tiempos de infancia, debí soñar con este momento, con estar a tu lado, con compartirlo contigo.
¡Qué gran año! Han pasado tantas cosas buenas, tantos retos, tantos sueños cumplidos. Y tú, mas hermosa que nunca, y yo, mas orgullosa de ti cada día.
Nunca serás la amiga perfecta. Si lo fueras me invitarías un café de vez en cuando y podría decirte estas cosas en su justo momento. Pero a ti y a mi siempre nos ha gustado escribirmos, mas a mi que a ti, lo sé. Por eso te escribo hoy, quizás te suene un poco increíble pero ese día ha sido uno de los mas felices que he vivido.
No, no porque se haya casado tu hermana, aunque me sentí realmente feliz por ella. Tampoco por verte feliz a ti, aunque sabes que esa es una de mis mayores alegrías.
Me sentí feliz... desde adentro. Y al tratar de entender por qué me di cuenta de que era porque YO ESTABA ALLÍ. Allí contigo, en ese día.
Creo que nunca lo esperé, creo que me he dedicado tanto a soñar que siempre creí que para este día yo estaría muy lejos, que tendría que leer la reseña en alguna carta tuya y enterarme de lo bella que estabas en alguna foto familiar que habrías escaneado antes de meter al álbum.

...Todos nos preguntamos a veces si el camino que elegimos es el correcto. Nos preguntamos donde podríamos estar de haber sido mas valientes, de haber tomado esta o aquella decisión, y esa incertidumbre a veces es muy pesada de cargar... Entonces te vi caminando hacia el altar, con tu sonrisa maravillosa y tus ojos brillando y tu gesto de complicidad para conmigo y en ese momento, amiga del alma, lo supe: Estoy donde debo estar. Estoy en el camino correcto.
No importa lo buenas o malas que hayan sido, las decisiones que he tomado me llevaron a estar allí, ese día, a esa hora... contigo.

Karla, ¿recuerdas aquel pseudo libro que alguna vez escribí?, aquella historia loca de dos grandes amigas?, Aquel que aún te tengo prometido terminar?
En aquella historia yo no estaba allí contigo, en aquella historia no te vi caminar con ese nudo en el estómago, en esa historia no lloré en aquella iglesia, ni fui testigo de ese momento...
Y hoy se la mejor verdad de mi vida: Prefiero mi realidad. Soy feliz por mi sencillez. Estoy contigo, estoy aquí.

Te quiero un mar, amiga.

Muchas gracias!!

F.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario