Siempre he dicho que la tristeza no paga, pero no es posible despedirla con las armas de la lógica. Yo se que sufrir no tiene sentido, pero el sufirmiento parece elegirme de entre todos los candidatos y me acoje en su seno como si fuera una mujer necesitada.
No, no busco lamentarme. Solo quiero decir que hoy es un día triste, y de tan triste que es, estoy segura que no será el único.
El corazón me late adentro.
